jueves, 31 de diciembre de 2015

FELIZ CAMBIO!! Todo se transforma...♫♫♫




El 2015 muere, el 2016 vivirá y dentro de varios días, semanas y meses morirá.  Los años no están exentos de la impermanencia, y  del cambio. Todo muere, cambia, se transforma y algo nuevo comienza a gestarse, y esa es la vida misma que convive día a día con la muerte.  Y si ese es el ciclo... por qué no festejarlo.  Vivimos para morir y si cada segundo que pasamos en este mundo fuéramos conscientes de ello cada acción en nuestro camino sería con plenitud, con alegría y sosiego, sin estar atados a la palabra lucha y sacrificio que nos transmitieron desde pequeños.  Dejar que las cosas sucedan, porque es así, es la ley de la naturaleza.

Cuando en el 2015 seguí agradeciendo en cada meditación cada cosa que fue pasando en mi trayecto por este mundo, aprendí  a vivir con lo que hay, con lo que está ahora mismo, aquí y ahora.  En mi entrada en la cual festejé mis 4 décadas en esta tierra daba cuenta de que hasta agradecía a las muertes que me rodearon porque eso me permitió ser la persona que soy ahora mismo.  Y así como tuve años de lucha con la guadaña, y veía esa imagen propia de historias de miedo y terror, hoy en día veo en esa transformación una nueva oportunidad para aprender que lo importante es el AHORA, ni el ayer ni el mañana. 

El 2015 se va, lleno de buenos momentos, de mucha escucha y confianza, de danzas adultas e infantiles, de silencio y quietud, de respiraciones y meditaciones, rodeada de personas que muestran su corazón antes que sus cerebros, de amigos que me dan la mano sin importar las etiquetas, de achuchones de familia, de besos de hijo, de abrazos de hermano, de llegadas de padre, el 2015 ha sido lo que ha sido y gracias por haber sido lo que ha sido.

El 2016 ni idea...(como dice mi hijo)...el 2016 será como tenga que ser... y si tengo la capacidad de adaptarme seguro que será perfecto.

Abrazo a mucha gente, a la distancia y a la no distancia, abrazo a mi familia de tierras antiguas que están pasando momentos difíciles, abrazo a mis amigos de aquella parte del charco a los cuales extraño y amo, abrazo a todos los que ayudaron a mi padre a hacer este cambio tan importante en su vida, abrazo a las personas que no tienen el rencor por delante sino que tienen el corazón por delante, abrazo a mis amigos de esta tierra que me adoptó hace ya casi 15 años... abrazo a mi tribu, abrazo a los niños que me llenan de alegría cada día de trabajo, abrazo a mis maestros y amigos Fernando y Antonio, abrazo a mi padre, a mi hermano, abrazo a mi compañero, abrazo a mi hijo que me despierta cada mañana con la sonrisa mas plena que se puede tener, y abrazo a LA VIDA, cada día abrazo a LA VIDA.  

FELIZ CAMBIO!!!

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Practicar en la adversidad

    


    A medida que me voy introduciendo más en la meditación voy también enfrentándome a diferentes retos en esta milenaria práctica, tan sanadora por cierto.  En los comienzos parece que esos 5 minutos sentado en tu cojín, con tu alfombra (esterilla en mi caso), tratando de hallar un buen momento de silencio que acompañe a la práctica, se hacen interminables.  Los pensamientos no dejan de pasar, las incomodidades no dejan de levantar su mano y decir "Presente!", los segundos parece que son minutos... y los minutos ya no os quiero decir.
     Una vez en que ya vemos que esos 5 minutos son asumidos como algo que podemos conseguir con más momentos de conciencia, de apartar a la catarata de pensamientos, de que las incomodidades ya no molestan tanto, vamos poco a poco alcanzando los 10.  
     Y no pasa tanto y ves que ya los 15 también se llevan muy bien, siempre en ese espacio que te has asignado para este momento, de calma, de tranquilidad, de estar con lo que hay que estar que es el momento presente.  En algunos casos hasta acompañado de esas músicas tan bien hechas que hoy se encuentran en cualquier lista de Spotify para que la conciencia sea más fácil de alcanzar. 
     Cuando menos te lo esperas, y ya has pasado muchas veces por la tentación de abandonar este HACER EN EL NO HACER,  ya ves que tu práctica alcanza los 30 minutos, y hay algo de placer en esa sensación de haber alcanzado algo que parecía imposible hace unos meses o años. 30 minutos de quietud, de silencio, de conciencia, de despertar al AQUI Y AHORA,  de apartar pensamientos porque ellos siguen estando ahí sin que los llamemos, pero también se van muy a gusto.  El cojín que has elegido, el espacio que has elegido, la música que has elegido, y tú ahí sintiendo que lo consigues con mucha voluntad cada día.
     Pero llega el día en que esa práctica trasciende ese espacio tan bien ornamentado con los objetos propios de una meditación, ese espacio ya no es sólo el espacio en que estás dispuesto a practicar porque poco a poco vas observando que muchas situaciones en tu vida te ponen en una PRÁCTICA CONSTANTE.  Cada situación que va apareciendo te da la oportunidad de estar despierto y practicando, ya no hay cojines bonitos, ni músicas relajantes, ni velitas ni todo el merchandising pro vida plena que tan bien se consigue en estos días.  Te olvidas de el decorado y te encuentras en las situaciones mas insólitas practicando y conectando con TODO lo que te rodea.
     Día de ir aquí y allí, metros, corridas, reuniones, uniones, y de repente entras en una sala de espera odontológica con unas 60 personas sentadas, con muchas caras de amargura, con señoras que dicen que llevan horas sentadas en asientos incómodos, trabajadores que no han podido comer, y tú te sientas en algún lugarcito que queda por ahí libre.  Y DECIDES, tú DECIDES que esa larga hora que te queda de espera no será mirando todo el tiempo un móvil, o yéndote a pasear por todo lo que tienes que hacer cuando llegues a casa.  Decides estar ahí, conectado con tu respiración, con ese despertar que te ofrece una vez mas la vida, esa toma de conciencia del aquí y el ahora.  Te llaman después de hora y pico, y hasta te ofrecen un Valium, si un Valium porque un implante "te puede poner muy nerviosa".  Claro que NO!! Yo esto no me lo pierdo!! Arremetan con los dos implantes que yo estaré ahi para VIVIRLO lo mas conciente que pueda estar.  Cuatro manos se metían en mi boca, la anestesia, sentir la presión de objetos desconocidos, las encías sangrando, y yo ahí PRACTICANDO.  Practicando en la adversidad.  En el terreno de las enseñanzas budistas este es el camino del Vajrayana ( "El Vajrayana se basa en considerar a todo el mundo y aprovecharlo TODO como una oportunidad para estar despiertos" del libro "El Buda entra en un bar")
No eché de menos mi cojín ni mi espacio, la práctica se puede hacer presente mientras tú estés presente.

viernes, 3 de julio de 2015

Los grupos en que latimos



Tenía ganas hace ya un tiempo de dar cuerpo, en forma de letras y experiencia, a esta idea que me viene rondando la cabeza de la necesidad de formar parte de grupos que nos unan a través de las acciones y las vivencias de los que en ellos habitan. 

Muchos ya sabéis que estoy llegando al final de un proceso de formación extraordinario como ha sido PCI (Proceso Corporal Integrativo de Antonio del Olmo), y por otra parte estoy siendo artífice de diferentes grupos que voy formando por distintas salas de la ciudad. 

En este 2015, he sido testigo en primera persona de la energía tan viva y sana que se genera en mi barrio, Puente de Vallecas, en el Centro Cultural Paco Rabal.  Casi de casualidad...aunque éstas no existan...un día me veo contactando con un tipo que vi cómo se columpiaba hace 16 años atrás aproximadamente en el barrio de Retiro de la Ciudad de Buenos Aires.  Aquel señor que hoy es un señor padre, casi sin pensarlo, y dejándose guiar por la intuición me deja al frente  de los tres grupos que lleva en dicho centro cultural; y así él se va tan tranquilo a recorrer el gran país del sur. 

Así fue como un día me veo al frente de casi 50 personas, cada una de su padre y de su madre, cada una con sus edades variopintas que iban desde los 14 años hasta los 70, cada uno con sus historias de vidas felices, de vidas tristes, de caminos realizados y de amores truncados, de religiones y espiritualidades diferentes, de corrientes políticas que podían ir pa un lao...o pal otro... 50 personitas que se entregan a mis directrices y lo empiezan a hacer de una manera paulatinamente confiada... hasta llegar al día en que te agradecen haber pasado por esas salas raras que tiene el Paco Rabal. 

Ya venía leyendo un libro de un antropólogo (José Maria Fericgla) que habla muy claramente de la necesidad que tiene el ser humano de pertenecer a grupos que los hagan sentirse parte de un microcosmos, dentro del gran cosmos de nuestra vida,  con sus normas ya establecidas, sus pautas, sus códigos, pero sintiendo que allí nos unimos a algo superior que en cada uno puede ser diferente: las ganas de compartir buenos momentos, la necesidad de formar parte de un medio expresivo como el teatro o el clown, la intención de unirme a un proyecto que me atrapa por el camino que significa construirlo, como puede ser una obra de teatro; buscar momentos de expansión, de liberación, de escucha interna y de la de los demás, etc. 

 Siguiendo estas ideas que nos acercan a un ritual, he sido partícipe de la danza de la vida que se genera en el Paco Rabal, con personas que se quieren, se apoyan, se mensajean, se dan ánimo en los momentos díficiles, se ponen serias e indignadas ante las situaciones que nos empañan la realidad, seres con un gran corazón que SON y VIVEN y LATEN más allá de quien se ponga al frente de ellos.  Fausto y yo, y otros profes antes, hemos sido facilitadores para que SUCEDA LO QUE TIENE QUE SUCEDER, ellos lo hacen posible con su entrega. 

Con esto quiero enfatizar y gritar a los cuatro vientos que los grupos nos sanan, allí donde bailamos, donde expresamos, donde lloramos y reímos, donde cantamos y hacemos silencio, en los grupos vivimos y latimos.

viernes, 22 de mayo de 2015

Y un día te despiertas y tienes 40...



La vida hace su trabajo, sin más, no se esfuerza, naturalmente los días van pasando de manera tal que un día sin saber muy bien cómo y por qué te encuentras al borde del abismo, oh! abismo... esa palabra tan llena de significados oscuros,  pero... ¿y si esa cornisa en la cual te detienes a respirar y tomar todo el aire hasta que tus pulmones se hinchen, no es más que el paso a otro camino de más sabiduría, de entrar más hondo y más profundamente en cada hecho que te acompaña? Ese abismo azul al que hoy me enfrento, tan azul, tan de color cielo y de color mar, me llegan justo con mis 4 décadas en este planeta azul...o lo que queda de él.

He crecido, claro!, normal! todos crecemos...¡pero es que me gusta tanto decirlo!  Soy como los niños que apoyan su cuerpecito en esos metros tan atractivos que se cuelgan en las paredes, y con sus manitas dibujan su altura, al instante sale de sus bocas esa frase..."HE CRECIDO" , y las sonrisas inundan los rostros que parece que todo se ilumina, hasta los abismos...  He crecido, y sonrío, tan llena de vida y tan llena de muerte, porque la muerte es parte de nuestras vidas, así somos.

El camino ha tenido lo que tienen todos los caminos: claros, oscuros...claroscuros... espinas...arenas movedizas, arenas tibias y plácidas, tierras con barros y tierras secas,  el camino pasó por infinidad de calles...Jufré, Bartolomé Mitre, Avenida Belgrano, calle San Pedro, luego el camino se cortó en un océano y siguió del otro lado...como en los dibujos animados donde todo se puede... Plaza Mariana Pineda, Martínez Izquierdo, Fernán González, Juan Tornero, Av Rafael Alberti, Travesía San Isidoro de Sevilla, Av Monte Igueldo, Juan Portas y Puerto de Velate... que a día de hoy suman 13 estancias diferentes en estas 4 décadas sin contar los momentos de viaje, en que hasta las estaciones de tren me hicieron  de alcoba. Cuantas pisadas fui dejando por este mundo, y qué feliz me hace haberlas grabado en ese andar.

Qué pena estar tan influenciados por este consumismo en el cual tratamos de hacer lo imposible, y más, por no dejar ver nuestras arrugas, nuestras canas, nuestras carnes que van cayendo, no queremos anotar el año de nacimiento en las redes sociales para que no se sepa... (en este último punto también yo he caído y a partir de hoy lo cambio!), nos sometemos a cirugías, a implantes innecesarios, a tomar tal o cual brebaje que dice que hace maravillas... Y si fuéramos capaces de mostrarnos así...como somos...con la sabiduría de la experiencia... con el andar de una mujer que ha pisado mucho y no tiene la energía de una chica de veinte, con las arrugas que nos muestran que la piel chocó con muchos vientos y brisas, con los pechos caídos de haber amamantado o de haber sido testigos de décadas de ajetreo, de todos los tipos....  Se es lo que se es! Y hoy soy lo que soy! Mujer, argentina, india, hija, madre, compañera, actriz, profesora, a veces muy feliz, las menos veces triste, las muy menos veces rabiosa, las muchas más veces agradecida.  La vida me ha dado todo, la muerte me ha sacado lo que me ha dado la vida...dificil de entender...pero con el corazón y con el amor se entiende, yo lo entiendo.
Ultimos minutos de mis 39, de este lado del mundo...del otro lado tengo unas horas más en la década pasada... Puedo morir tranquila...porque VIVO tranquila...difícil de entender...pero yo lo entiendo... Mañana 40 y CELEBRANDO LA VIDA!!

PD: Gracias madre, padre, hermanos, hijo, compañero, familia, raíces, amigos, amantes, compañeros, enemigos, maestros, conocidos, noche, día, tristeza, alegría, playa, mar, cuerpo, salud, enfermedad... pero sobre todo GRACIAS a mi voluntad y a mi confianza!

40!

viernes, 15 de mayo de 2015

Una hermana que me acunó



Hace ya varios años, en el comienzo de mi vida en este país, en España, en Madrid, al otro lado del océano, en la madre patria; en una clase de interpretación una joven con cuerpo de mamá osa me acunó y me hizo beber de su savia, me endulzó con ella, y así hasta hoy que la vida nos ha puesto el mote de "hermanas" de no sangre.  Creo que la amé desde aquel día, que realmente no recuerdo qué día era ya que por esas épocas no importaba... los lunes eran como viernes para mí y los viernes como lunes.

Siempre nos reímos mucho, siempre le conté los pasos que daba en la ciudad que ella dice que algún día irá y no se por qué tengo la intuición que hasta se quedará por una larga temporada, siempre con ella lloré y no oculté mis dolores, siempre ella me abrazó y me siguió alimentando con su savia de mamá osa.  La locura de nuestra propia década de los 80 nos invadía y podíamos despertar en boites plagadas de ancianos con perlas en los cuellos y puros entre los labios. Los karaokes nos llamaban a sus oscuros confines, y mientras ella desprendía un chorro de voz muy propio de las mamas osas, lo mío era digno de una cámara oculta que haría sonrojar a mi madre en algún lugar del cosmos diciendo..."Qué mal canta mi hija..." Y nos reíamos, y ensayábamos obras que no pasaban de los ensayos, pero cómo nos reíamos.

Con el tiempo nuestras vidas fueron tomando sentidos diferentes pero aún así algunas veces compartíamos trabajos dados por personas que se decían empáticas cuando lo que menos eran era precisamente empáticas, y aún así nos reíamos, siempre, los cafés sabían a gloria en ese bar regentado por chinos. Pero poco a poco los caminos se iban alejando, no así las almas, ella siempre me siguió alimentando de su savia de mamá osa por mas que los verdes variaran.  A veces eran muy intensos, otras muy pálidos, otras eran indefinidos y de muchos tonos diferentes, pero su savia era la de siempre, la de mi hermana de "no sangre".


La mamá osa mañana coge un vuelo a la 5 de la mañana, porque también se empequeñece en sus ratos de trabajo y se convierte en una hormiga viajera que navega por los ríos de este mundo. Ayer pude oír su voz, en esos mensajes de audio que tanto nos salvan los dedos y en los cuales por lo menos oímos las tonalidades que van cobrando las voces y los silencios.  Las lágrimas se dejaban ver en mis ojos, porque sentir tan cerca a alguien es de las cosas más preciosas que tiene esta vida.  Sentir la conexión, sin importar la cantidad de encuentros materializados, las cañitas de los domingos, los cafés por Lavapiés o La Latina, los paseos a la sierra, los viajes fortuitos, la conexión está aún cuando todas estos momentos están ausentes.  Es la presencia en la ausencia.  Es mi hermana de no sangre pero que me ha compartido su savia.  Es la amistad pura, la que nos desapega de hasta lo que mas amamos.  Gracias amiga hermana mamá osa.

jueves, 7 de mayo de 2015

Me enamoré de un sacerdote





Entrar así a la "entrada" me supone una carcajada y un cambio de color en mis mejillas.  Yo que tanto defenestré a la Iglesia y a sus componentes, que no oyeron ni mis ruegos ni mis plegarias, que se burlaron de la cantidad de estampitas que guardaba en mis billeteras de niña adulta, que no quise saber nada de persignarme ante las cientos de iglesias que visite en mis travesías, a esa que se embanderaba con los colores de la anti-iglesia de repente se le cruza un sacerdote y se enamora de él.

Es que no todos los días se encuentra uno que diga que si no fuera cristiano sería budista, que habla de erotismo y encuentros sexuales en sus novelas (si escribe teniendo a Kundera entre sus páginas imposible no mencionarlos), que es amante de los relatos kafkianos con toda la oscuridad que implica meterse en ellos, un hombre que va en busca de la luz en medio de relatos oscuros... me suena...

Si las luces me encendieran la cara con cierta cantidad de maquillaje y un vestuario para la ocasión, así empezaría..."Me enamoré de un sacerdote".  Algún día volveré a la dramaturgia...hoy de momento he vuelto a escribir. 

D' ors...Ud. abre puertas, parece un juego de palabras, con lo que ellas me gustan, pero sí, así es, Ud. abre puertas... al menos las mías.  Su "Biografía del silencio" ha sido de esos libros que uno no quieren que acaben, aunque el propósito final del libro sea que uno lo deje y empiece a practicar, como diciendo: "basta ya, pongase a lo que se tiene que poner".  

Hoy ha caído en mis ojos "Contra la juventud" y comienzo otro idilio con sus palabras. Deje ya de enamorarme que esto es pecaminoso...

Amado mío:  gracias por ser.

(Foto del artículo en El Mundo: http://www.elmundo.es/cronica/2015/02/01/54ccd84f22601dca388b4575.html)

"Engaleanada"




Hay días que me despierto "cortaziando", entonces mientras pico cebolla y las lágrimas de alegría se unen con las de tristeza, comienzo a recordar el capítulo 7 de Rayuela (https://www.youtube.com/watch?v=FpC7gmtQHnU)  y miro a las zanahorias y a los calabacines como si ellos fueran los cíclopes.

Otros días camino "dorseando", un estilo de vida que me acompaña desde hace poco tiempo, teniendo en cuenta que casi 32 años de mi vida no fueron de conciencia sino mas bien de in con cien cia, entonces en los días de D'ors entreno mi atención plena, y los pasos son pasos que se asemejan a las instrucciones que daba Don Julio para subir las escaleras (http://www4.loscuentos.net/cuentos/other/1/3/9/), haciendo una descripción minuciosa de lo que sucede momento a momento en esa acción.

Hoy tengo una mañana "engalaneada" y me gusta.  El gris del cielo parece el del paísito en otoño, estación que ahora mismo se posa sobre Montevideo.  "Engalaneada" abrazo esta mañana.

domingo, 3 de mayo de 2015

Agradeciendo lo hermoso de la vida...FELIZ DIA PARA MI!!





Si me preguntaran cuáles son los dos acontecimientos que marcaron mi vida para bien y para mal en ambos aparece la palabra MADRE con letra mayúsculas, así como salen ahora de mis dedos sobre el teclado.

La pérdida fue el comienzo del fin, y la ganancia fue el fin de la caída.  Como si de un globo se tratara subí desde las profundidades hecha una madrecita, como me solía llamar un amigo del país del sur.  Hoy aquello que se había convertido en sufrimiento, con su pérdida y su partida, ya no tiñe estos días de la madre en melancolía y nostalgia. Los días de la madre ahora son como los que recuerdo siendo una bebé y una niña, con tarjetas hechas por pequeñas manos, con abrazos y besos desde la mañana tirados en la cama, con sonrisas que transforman el mundo en un paraíso.  La madre que soy también se lo debo a la madre que tuve, una valiente, una mujer con fuerza que dejaba ver su vulnerabilidad cuando podía parar unos minutos y bajarse del tren del hacer constante, una mujer que viniendo de la provincia más pobre del país se hizo con un mundo lleno de riquezas.

Mi madre, la madre que soy, las madres que me rodearon y me rodean, las madres de este mundo, a cada una de ellas un OLE por ser capaces de dar y recibir la calidad de amor que no tiene símil en este universo, el AMOR INCONDICIONAL.

sábado, 2 de mayo de 2015

Almas opuestas que se encuentran.



En Madrid las almas se encuentran casi sin darse cuenta.  Incluso cuando sus universos son opuestos y contrarios, se huelen a la lejanía y comienzan a transitar ese camino imaginario que los una físicamente en un instante pero metafísicamente en una vida.  Así, sin darme cuenta, cuando no tenía ni idea de la conciencia, ni del parar, mucho menos de la meditación y la respiración, me crucé con su alma que luego quise llamar espíritu y me quedé embelesada por sus palabras y sus acciones, que por esos tiempos nada tenían que ver con mis acciones.

Me enseñó de la meditación pero no la aprendí, me enseñó del desapego y no lo entendí, me enseñó de técnicas milenarias de lucha y combate, y hasta presumí de practicarlas por unos meses pero no estaba en mí esa forma de moverme en la vida.  Yo le mostré el lugar en el que trabajaba, una barra a la que acudían seres deformes de tanto alcohol y drogas varias, cantaban desafinando y ponían caras de haber tomado clases de canto desde tiempos remotos, seres que practicaban la violencia verbal y a veces hasta la física, pero que al día siguiente continuaban sus agitadas vidas de esposos, padres, madres, hijos y etcéteras como si nada hubiera pasado.  A ese espíritu libre y desapegado de todo le hice ver lo atada que yo estaba a la muerte, le explicaba que ella me llamaba desde cuerpos enfermos y viejas leyendas familiares.  No me ataba a mi tierra pero me ataba a mi constelación porque así se había escrito una y otra vez en la historia de mi apellido materno.  Ël me miraba, no me decía nada, me sonreía, y tan sólo me repetía que confiara en mi tercer ojo.  Cada mañana, frente a los espejos de los pisos que me albergaban en mi vida nómada, me detenía en mi entrecejo y tan sólo podía vislumbrar dos líneas pequeñas cuando mi expresión no era del todo libre. Mi tercer ojo.  Lo dejé allí reposando y quizás algún día aparecería.

Seguimos en contacto desde la lejanía y la cercanía, los océanos que nos separaban y las fronteras que nos distanciaban tan sólo hacían que la conexión fuera más y más grande.  Mi práctica ilusoria de silat se fue desvaneciendo, eran tiempos difíciles para parar la mente, ella recorría por senderos muy rugosos y llenos de espinas.  Mis llamadas de ayuda a la distancia tan sólo eran contestadas con las mismas palabras: CONFÍA, CONFÍA.  Cuando se lee algo y se interioriza parece que finalmente la medicina surte efecto, "sí (pensaba dentro mío), confiaré, saldré de mis mundos escabrosos y llenos de culebras", pero cuando la noche se acercaba, aun siendo las 10 de la mañana o las 5 de la tarde, en esos momentos era muy dificil sentir confianza... ella se había ido a pasear y ya no estaba ahí para acompañarme.

Las esquelas ciberneticas se sucedían con mucho espacio de tiempo, era necesario vivir el desapego, era necesario no ver en él mi salvador porque no lo era...yo era la propia salvadora de mí misma.
Y así las almas se quedaron unidas por siempre, con el tiempo y con la ayuda de grandes corazones que me rodean, comencé a confiar.  Veía que empezaba a hacerse de noche sólo cuando caía el sol por un extremo de la ciudad, que era yo quien con mi voluntad había logrado archivar las leyendas familiares y comenzaba a vivir el HOY, el AQUÍ, y el AHORA.

Hoy nos vemos cuando los calendarios nos permiten, y la ciudad de Madrid vuelve a ser partícipe de esos encuentros llenos de ruidos de claxon y luces de neón.  "La paz está en uno mismo, independientemente que allí fuera haya una guerra".  Las guerras...permanecen, los coches se colisionan, las personas se faltan el respeto, las flores envejecen de tanta contaminación, pero lo que hay dentro mío él lo vio hace años y me lo dijo sonriendo: CONFÍA, CONFÍA.  Hoy, Aquí y Ahora, Confío.  Gracias amigo mío.

viernes, 24 de abril de 2015

Entrar en la quietud y el silencio






Como si de un oleaje se tratara nos pasamos la vida tratando de remar o de montar en nuestra tabla de surf para no caernos y adentrarnos en la mar con su silencio celestial y bestial.  Desde pequeños nos enseñan que hay que luchar, que hay que esforzarse, que hay que contraponerse a la corriente y seguir adelante, y si te tiras en la cama a tan sólo observar los puntos que hay en el techo de tu habitación toda la maquinaria social te invita a que salgas, a que viajes, a que leas, que no permanezcas quieto un segundo porque la vida se va.

¿Y si fuéramos capaces de habitar el silencio? ¿De permanecer en la quietud?  Subirnos a la cornisa que separa la acción constante con el vacío de ser, y no más. El vértigo es grandioso, qué dirán de mí si tan sólo me siento a contemplar mi interior sin juicios, sin ideales, sin pensamientos. Leyendo a Pablo D'ors estos días me doy cuenta que voy en ese camino, y me gusta transitar la respiración que cada día me conecta con el silencio y la quietud.

Silencio y quietud, no viajes, no cursos, no libros ni películas interesantes, no proyectos e ideales, no metas, tan sólo "ser" con lo que hay, aquí y ahora.

miércoles, 22 de abril de 2015

El teatro, el comienzo de una sanación.


                                



Estreno blog, y como si de una obra de teatro se tratara elijo la ropa apropiada para el evento, un calzado que me guste, el peinado que me sienta bien, la cara limpia de la mañana, la música con la que hacer la entrada estelar al escenario de las palabras; cierro los ojos, respiro, bajo los hombros, relajo y entro... Los dedos comienzan a moverse por inercia y el cuerpo se manifiesta a través del teclado, la mente pasea por las ideas, las emociones confluyen en el texto, la maquinaria se ha puesto en funcionamiento, el movimiento me ha llevado a la acción y aquí me veo, en un espacio en blanco que se va tiñendo de formas y garabatos que quieren expresar desde dentro de mí.  

Nuestra relación, la del teatro y la mía, se remonta a algunas décadas atrás en el gran país que queda al lado del paísito, en calles llenas de baches, con multitudes que pisan tus pies día a día en subtes, colectivos y trenes, donde los taxis son negros y amarillos y las bocinas de los coches el sonido constante de la ciudad. Esos años en que los granos poblaban la piel de mi rostro, donde los caminos se cruzaban y se tergiversaban día si y día no, aquella morenita que no quería  dejar de ser niña pero que al mismo tiempo sentía una gran curiosidad por la vida adulta, los signos de preguntas se plantaban en mi cabeza desde que sonaba el despertador de la mañana hasta que me dormía escuchando en la radio poemas y relatos de oscuros y malditos autores.  Nada nuevo bajo el sol, en los 16 o 17 años que llevaba mi vida en este mundo nació la necesidad de gritar al mundo que no entendía el mundo, que me dolía el mundo, que quería llorar el mundo, sangrar por sus venas tanta desdicha que se desparramaba a mi alrededor.  Buscando ese espacio aterricé en un escenario, como si de una persona decidida a triunfar se tratara rellené mi solicitud, la firmé, la entregué y me llamaron.  Ahí comencé a sanar, mi mundo por lo menos, que ya era bastante.  
Esos viajes de una hora en colectivos atestados de personas que dejaban ver por sus rendijas grandes tristezas, grandes desilusiones y fracasos, me servían para observar, para nutrirme, para querer ver qué podía mostrar yo en un espacio diminuto con luces que me enfocaban, y qué podía hacer para concienciar de que otras formas de vida eran posibles. La sanación seguía su curso. 

No importaba el cansancio acumulado, las horas de trabajo, las horas de estudio en la Universidad, estudiando paralelamente otra carrera, sólo sabía que llegaría al pequeño espacio oscuro y los mundos absorbidos en varios días se develarían delante de los focos, y como si de una catarsis se tratara comenzaría a transitar por otra dimensión, de expresión, de escucha, de conexión conmigo y con los demás, con la necesidad de contar una historia con la cual alguien en algún punto se identificaría. 

Los primeros pasos en el teatro me habían llevado al "hospital de mis emociones y de mis ideas".  Ya tenía un espacio donde llorar el mundo, gritar el mundo, sangrar el mundo para que en los aplausos finales de los compañeros encontrara la salud tan ansiada por esos días.  Gracias TEATRO  por recorrerme y haberme traído a este lugar.