viernes, 22 de mayo de 2015

Y un día te despiertas y tienes 40...



La vida hace su trabajo, sin más, no se esfuerza, naturalmente los días van pasando de manera tal que un día sin saber muy bien cómo y por qué te encuentras al borde del abismo, oh! abismo... esa palabra tan llena de significados oscuros,  pero... ¿y si esa cornisa en la cual te detienes a respirar y tomar todo el aire hasta que tus pulmones se hinchen, no es más que el paso a otro camino de más sabiduría, de entrar más hondo y más profundamente en cada hecho que te acompaña? Ese abismo azul al que hoy me enfrento, tan azul, tan de color cielo y de color mar, me llegan justo con mis 4 décadas en este planeta azul...o lo que queda de él.

He crecido, claro!, normal! todos crecemos...¡pero es que me gusta tanto decirlo!  Soy como los niños que apoyan su cuerpecito en esos metros tan atractivos que se cuelgan en las paredes, y con sus manitas dibujan su altura, al instante sale de sus bocas esa frase..."HE CRECIDO" , y las sonrisas inundan los rostros que parece que todo se ilumina, hasta los abismos...  He crecido, y sonrío, tan llena de vida y tan llena de muerte, porque la muerte es parte de nuestras vidas, así somos.

El camino ha tenido lo que tienen todos los caminos: claros, oscuros...claroscuros... espinas...arenas movedizas, arenas tibias y plácidas, tierras con barros y tierras secas,  el camino pasó por infinidad de calles...Jufré, Bartolomé Mitre, Avenida Belgrano, calle San Pedro, luego el camino se cortó en un océano y siguió del otro lado...como en los dibujos animados donde todo se puede... Plaza Mariana Pineda, Martínez Izquierdo, Fernán González, Juan Tornero, Av Rafael Alberti, Travesía San Isidoro de Sevilla, Av Monte Igueldo, Juan Portas y Puerto de Velate... que a día de hoy suman 13 estancias diferentes en estas 4 décadas sin contar los momentos de viaje, en que hasta las estaciones de tren me hicieron  de alcoba. Cuantas pisadas fui dejando por este mundo, y qué feliz me hace haberlas grabado en ese andar.

Qué pena estar tan influenciados por este consumismo en el cual tratamos de hacer lo imposible, y más, por no dejar ver nuestras arrugas, nuestras canas, nuestras carnes que van cayendo, no queremos anotar el año de nacimiento en las redes sociales para que no se sepa... (en este último punto también yo he caído y a partir de hoy lo cambio!), nos sometemos a cirugías, a implantes innecesarios, a tomar tal o cual brebaje que dice que hace maravillas... Y si fuéramos capaces de mostrarnos así...como somos...con la sabiduría de la experiencia... con el andar de una mujer que ha pisado mucho y no tiene la energía de una chica de veinte, con las arrugas que nos muestran que la piel chocó con muchos vientos y brisas, con los pechos caídos de haber amamantado o de haber sido testigos de décadas de ajetreo, de todos los tipos....  Se es lo que se es! Y hoy soy lo que soy! Mujer, argentina, india, hija, madre, compañera, actriz, profesora, a veces muy feliz, las menos veces triste, las muy menos veces rabiosa, las muchas más veces agradecida.  La vida me ha dado todo, la muerte me ha sacado lo que me ha dado la vida...dificil de entender...pero con el corazón y con el amor se entiende, yo lo entiendo.
Ultimos minutos de mis 39, de este lado del mundo...del otro lado tengo unas horas más en la década pasada... Puedo morir tranquila...porque VIVO tranquila...difícil de entender...pero yo lo entiendo... Mañana 40 y CELEBRANDO LA VIDA!!

PD: Gracias madre, padre, hermanos, hijo, compañero, familia, raíces, amigos, amantes, compañeros, enemigos, maestros, conocidos, noche, día, tristeza, alegría, playa, mar, cuerpo, salud, enfermedad... pero sobre todo GRACIAS a mi voluntad y a mi confianza!

40!

viernes, 15 de mayo de 2015

Una hermana que me acunó



Hace ya varios años, en el comienzo de mi vida en este país, en España, en Madrid, al otro lado del océano, en la madre patria; en una clase de interpretación una joven con cuerpo de mamá osa me acunó y me hizo beber de su savia, me endulzó con ella, y así hasta hoy que la vida nos ha puesto el mote de "hermanas" de no sangre.  Creo que la amé desde aquel día, que realmente no recuerdo qué día era ya que por esas épocas no importaba... los lunes eran como viernes para mí y los viernes como lunes.

Siempre nos reímos mucho, siempre le conté los pasos que daba en la ciudad que ella dice que algún día irá y no se por qué tengo la intuición que hasta se quedará por una larga temporada, siempre con ella lloré y no oculté mis dolores, siempre ella me abrazó y me siguió alimentando con su savia de mamá osa.  La locura de nuestra propia década de los 80 nos invadía y podíamos despertar en boites plagadas de ancianos con perlas en los cuellos y puros entre los labios. Los karaokes nos llamaban a sus oscuros confines, y mientras ella desprendía un chorro de voz muy propio de las mamas osas, lo mío era digno de una cámara oculta que haría sonrojar a mi madre en algún lugar del cosmos diciendo..."Qué mal canta mi hija..." Y nos reíamos, y ensayábamos obras que no pasaban de los ensayos, pero cómo nos reíamos.

Con el tiempo nuestras vidas fueron tomando sentidos diferentes pero aún así algunas veces compartíamos trabajos dados por personas que se decían empáticas cuando lo que menos eran era precisamente empáticas, y aún así nos reíamos, siempre, los cafés sabían a gloria en ese bar regentado por chinos. Pero poco a poco los caminos se iban alejando, no así las almas, ella siempre me siguió alimentando de su savia de mamá osa por mas que los verdes variaran.  A veces eran muy intensos, otras muy pálidos, otras eran indefinidos y de muchos tonos diferentes, pero su savia era la de siempre, la de mi hermana de "no sangre".


La mamá osa mañana coge un vuelo a la 5 de la mañana, porque también se empequeñece en sus ratos de trabajo y se convierte en una hormiga viajera que navega por los ríos de este mundo. Ayer pude oír su voz, en esos mensajes de audio que tanto nos salvan los dedos y en los cuales por lo menos oímos las tonalidades que van cobrando las voces y los silencios.  Las lágrimas se dejaban ver en mis ojos, porque sentir tan cerca a alguien es de las cosas más preciosas que tiene esta vida.  Sentir la conexión, sin importar la cantidad de encuentros materializados, las cañitas de los domingos, los cafés por Lavapiés o La Latina, los paseos a la sierra, los viajes fortuitos, la conexión está aún cuando todas estos momentos están ausentes.  Es la presencia en la ausencia.  Es mi hermana de no sangre pero que me ha compartido su savia.  Es la amistad pura, la que nos desapega de hasta lo que mas amamos.  Gracias amiga hermana mamá osa.

jueves, 7 de mayo de 2015

Me enamoré de un sacerdote





Entrar así a la "entrada" me supone una carcajada y un cambio de color en mis mejillas.  Yo que tanto defenestré a la Iglesia y a sus componentes, que no oyeron ni mis ruegos ni mis plegarias, que se burlaron de la cantidad de estampitas que guardaba en mis billeteras de niña adulta, que no quise saber nada de persignarme ante las cientos de iglesias que visite en mis travesías, a esa que se embanderaba con los colores de la anti-iglesia de repente se le cruza un sacerdote y se enamora de él.

Es que no todos los días se encuentra uno que diga que si no fuera cristiano sería budista, que habla de erotismo y encuentros sexuales en sus novelas (si escribe teniendo a Kundera entre sus páginas imposible no mencionarlos), que es amante de los relatos kafkianos con toda la oscuridad que implica meterse en ellos, un hombre que va en busca de la luz en medio de relatos oscuros... me suena...

Si las luces me encendieran la cara con cierta cantidad de maquillaje y un vestuario para la ocasión, así empezaría..."Me enamoré de un sacerdote".  Algún día volveré a la dramaturgia...hoy de momento he vuelto a escribir. 

D' ors...Ud. abre puertas, parece un juego de palabras, con lo que ellas me gustan, pero sí, así es, Ud. abre puertas... al menos las mías.  Su "Biografía del silencio" ha sido de esos libros que uno no quieren que acaben, aunque el propósito final del libro sea que uno lo deje y empiece a practicar, como diciendo: "basta ya, pongase a lo que se tiene que poner".  

Hoy ha caído en mis ojos "Contra la juventud" y comienzo otro idilio con sus palabras. Deje ya de enamorarme que esto es pecaminoso...

Amado mío:  gracias por ser.

(Foto del artículo en El Mundo: http://www.elmundo.es/cronica/2015/02/01/54ccd84f22601dca388b4575.html)

"Engaleanada"




Hay días que me despierto "cortaziando", entonces mientras pico cebolla y las lágrimas de alegría se unen con las de tristeza, comienzo a recordar el capítulo 7 de Rayuela (https://www.youtube.com/watch?v=FpC7gmtQHnU)  y miro a las zanahorias y a los calabacines como si ellos fueran los cíclopes.

Otros días camino "dorseando", un estilo de vida que me acompaña desde hace poco tiempo, teniendo en cuenta que casi 32 años de mi vida no fueron de conciencia sino mas bien de in con cien cia, entonces en los días de D'ors entreno mi atención plena, y los pasos son pasos que se asemejan a las instrucciones que daba Don Julio para subir las escaleras (http://www4.loscuentos.net/cuentos/other/1/3/9/), haciendo una descripción minuciosa de lo que sucede momento a momento en esa acción.

Hoy tengo una mañana "engalaneada" y me gusta.  El gris del cielo parece el del paísito en otoño, estación que ahora mismo se posa sobre Montevideo.  "Engalaneada" abrazo esta mañana.

domingo, 3 de mayo de 2015

Agradeciendo lo hermoso de la vida...FELIZ DIA PARA MI!!





Si me preguntaran cuáles son los dos acontecimientos que marcaron mi vida para bien y para mal en ambos aparece la palabra MADRE con letra mayúsculas, así como salen ahora de mis dedos sobre el teclado.

La pérdida fue el comienzo del fin, y la ganancia fue el fin de la caída.  Como si de un globo se tratara subí desde las profundidades hecha una madrecita, como me solía llamar un amigo del país del sur.  Hoy aquello que se había convertido en sufrimiento, con su pérdida y su partida, ya no tiñe estos días de la madre en melancolía y nostalgia. Los días de la madre ahora son como los que recuerdo siendo una bebé y una niña, con tarjetas hechas por pequeñas manos, con abrazos y besos desde la mañana tirados en la cama, con sonrisas que transforman el mundo en un paraíso.  La madre que soy también se lo debo a la madre que tuve, una valiente, una mujer con fuerza que dejaba ver su vulnerabilidad cuando podía parar unos minutos y bajarse del tren del hacer constante, una mujer que viniendo de la provincia más pobre del país se hizo con un mundo lleno de riquezas.

Mi madre, la madre que soy, las madres que me rodearon y me rodean, las madres de este mundo, a cada una de ellas un OLE por ser capaces de dar y recibir la calidad de amor que no tiene símil en este universo, el AMOR INCONDICIONAL.

sábado, 2 de mayo de 2015

Almas opuestas que se encuentran.



En Madrid las almas se encuentran casi sin darse cuenta.  Incluso cuando sus universos son opuestos y contrarios, se huelen a la lejanía y comienzan a transitar ese camino imaginario que los una físicamente en un instante pero metafísicamente en una vida.  Así, sin darme cuenta, cuando no tenía ni idea de la conciencia, ni del parar, mucho menos de la meditación y la respiración, me crucé con su alma que luego quise llamar espíritu y me quedé embelesada por sus palabras y sus acciones, que por esos tiempos nada tenían que ver con mis acciones.

Me enseñó de la meditación pero no la aprendí, me enseñó del desapego y no lo entendí, me enseñó de técnicas milenarias de lucha y combate, y hasta presumí de practicarlas por unos meses pero no estaba en mí esa forma de moverme en la vida.  Yo le mostré el lugar en el que trabajaba, una barra a la que acudían seres deformes de tanto alcohol y drogas varias, cantaban desafinando y ponían caras de haber tomado clases de canto desde tiempos remotos, seres que practicaban la violencia verbal y a veces hasta la física, pero que al día siguiente continuaban sus agitadas vidas de esposos, padres, madres, hijos y etcéteras como si nada hubiera pasado.  A ese espíritu libre y desapegado de todo le hice ver lo atada que yo estaba a la muerte, le explicaba que ella me llamaba desde cuerpos enfermos y viejas leyendas familiares.  No me ataba a mi tierra pero me ataba a mi constelación porque así se había escrito una y otra vez en la historia de mi apellido materno.  Ël me miraba, no me decía nada, me sonreía, y tan sólo me repetía que confiara en mi tercer ojo.  Cada mañana, frente a los espejos de los pisos que me albergaban en mi vida nómada, me detenía en mi entrecejo y tan sólo podía vislumbrar dos líneas pequeñas cuando mi expresión no era del todo libre. Mi tercer ojo.  Lo dejé allí reposando y quizás algún día aparecería.

Seguimos en contacto desde la lejanía y la cercanía, los océanos que nos separaban y las fronteras que nos distanciaban tan sólo hacían que la conexión fuera más y más grande.  Mi práctica ilusoria de silat se fue desvaneciendo, eran tiempos difíciles para parar la mente, ella recorría por senderos muy rugosos y llenos de espinas.  Mis llamadas de ayuda a la distancia tan sólo eran contestadas con las mismas palabras: CONFÍA, CONFÍA.  Cuando se lee algo y se interioriza parece que finalmente la medicina surte efecto, "sí (pensaba dentro mío), confiaré, saldré de mis mundos escabrosos y llenos de culebras", pero cuando la noche se acercaba, aun siendo las 10 de la mañana o las 5 de la tarde, en esos momentos era muy dificil sentir confianza... ella se había ido a pasear y ya no estaba ahí para acompañarme.

Las esquelas ciberneticas se sucedían con mucho espacio de tiempo, era necesario vivir el desapego, era necesario no ver en él mi salvador porque no lo era...yo era la propia salvadora de mí misma.
Y así las almas se quedaron unidas por siempre, con el tiempo y con la ayuda de grandes corazones que me rodean, comencé a confiar.  Veía que empezaba a hacerse de noche sólo cuando caía el sol por un extremo de la ciudad, que era yo quien con mi voluntad había logrado archivar las leyendas familiares y comenzaba a vivir el HOY, el AQUÍ, y el AHORA.

Hoy nos vemos cuando los calendarios nos permiten, y la ciudad de Madrid vuelve a ser partícipe de esos encuentros llenos de ruidos de claxon y luces de neón.  "La paz está en uno mismo, independientemente que allí fuera haya una guerra".  Las guerras...permanecen, los coches se colisionan, las personas se faltan el respeto, las flores envejecen de tanta contaminación, pero lo que hay dentro mío él lo vio hace años y me lo dijo sonriendo: CONFÍA, CONFÍA.  Hoy, Aquí y Ahora, Confío.  Gracias amigo mío.